SINOPSIS
Se ha indagado mucho sobre la interpretación de los sueños. Algunos los atribuyen a la bienaventuranza y otros a hados malignos. Incluso Sigmund Freud, tiene un tratado al respecto, ya que los sueños son complejos y en algunos casos se incuban en nuestro cerebro de tal manera, que nos acompañan aun estando despiertos, trastornándonos y atormentándonos hasta hacernos perder la razón. Walter Gilman no sabía si fueron los sueños los que provocaron la fiebre, o si fue la fiebre la causa de los sueños. Detrás de todo, se agazapaba el horror lacerante y mohoso de la antigua ciudad y de la execrable buhardilla donde escribía, estudiaba y luchaba con cifras y fórmulas, cuando no estaba dando vueltas en la mezquina cama de hierro.
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